
Una nota minúscola que sale hoy en
La Jornada nos ofrece la posibilidad de hablar de un tema espinoso aunque poco se habla de ello. Vivimos un mundo regido por la economía del petróleo: la gasolina, pero también el plástico que nos rodea. Todo lo que nos hace vivir en este mundo viene de la extracción y elaboraciónd e productos del petróleo. Mucho sería pedir que se empezara a pensar a fuentes alternativas de propocionarnos energia para todas nuestras actividades. Demasiados gastos implicaría cxambiar a fuentes energéticas renovables. La nota de que hablamos da el ejemplo: un automóvil en EU consuma un litro de gasolina para recorrer mediamente 7 kilómetros. Pues, ayer la industria automotríz estadounidense - quizás la segunda rama de la economía gringa, después del Complejo Militar Industrial - rechazó la posibilidad de aumentar el kilometraje por litro de sus automóviles. Si pensamos que en Europa, un automóvil, cuatro cilindros, recorre casi 20 kilómetros por litro, aparece absurda el rechazo de los EU. Pero así es.
Y mientras los EU deciden así, imponen a medio mundo los mismos estilos de vida. Así México consuma igual gasolina, las ciudades mexicanas se contaminan y seguimos dependiendo de algo que no sólo tarde o temprano se acabará, sino que también seguimos apoyando indirectamente guerras e invasiones con tal de mantener este estilo de vida.
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