El poder de diseñar

Hace un par de meses, James Watson, premio Nobel que contribuyó a diseñar la estructura del ADN en 1953, desató la polémica al declarar que sí existiría una inferioridad genética en la inteligencia de la población de color del planeta, en específico los áfricanos.
Más allá de la ceguera mental de ciertas observaciones y la hipocresía filosófica de muchos que le han reprochado, lo declarado por el genetista estadounidense refrenda una tendencia clara.
La biología, el estudio del ser humano en tanto vivo, y en tanto objeto de diseño parece marcar el rumbo de este siglo, la biotecnología, la ingeniería genética, la biosintética, la nanotecnología se encaminan en ese sentido.
El paso del poder soberano, de reyes a súbditos, al poder disciplinario, en instituciones como la escuela, los manicomios, hospitales, la familia etc, hacia el poder totalizante y biopolítico. ¿Estaremos viviendo en estos momentos el paso a otro tipo de poder? ¿De la disciplina al poder de diseñar?
Cuando es imposible frenar los movimientos liberadores de las multitudes, lo mejor que puede hacer el poder es diseñar los cuerpos, si no se pueden controlar, se pueden diseñar.
La lucha, hoy, es por la vida, la vida no gobernada, no disciplinada, no controlada, no determinada.