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20 marzo 2006

Desalojo en La Tortuga, Pueblo de Tepepan
Recibimos y publicamos
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Marzo 17 de 2007
¿Seguirá rompiéndose siempre el hilo por lo mas delgado?
(Crónica de un desalojo).

Tengo 11 años de vivir en esta colonia Tortuga (Fuentes de Tepepan), en el pueblo de Tepepan, cerca del Colegio Militar, Delegación Tlalpan D.F., código postal 14648.

En esta colonia convivimos personas de niveles económicos muy variados y contrastantes (personas con diferentes oficios, carpinteros, plomeros, herreros, comerciantes, taqueros, servidoras domésticas, artistas, maestros y profesionistas diversos) que disfrutamos de la nobleza de esta gran ciudad, del abrigo del pueblo de Tepepan y compartimos y enfrentamos también los problemas que el crecimiento urbano ha traído consigo.

Soy un ciudadano común y corriente, 62 años de edad. Vivo con mi esposa y una hija. Mis otros 2 hijos son casados y viven fuera de la ciudad. Soy empleado de una empresa privada y tengo estudios universitarios de ingeniería.

Nuestra colonia cuenta con los servicios básicos. Tenemos servicio de agua por tandeo 2 dias a la semana y dentro de lo que cabe es todavía una zona tranquila con escasos incidentes de delincuencia. Cuando nuestra comunidad se ha organizado ha conseguido servicios adicionales de la Delegación tales como un Area Verde para esparcimiento con un Cibercentro para los estudiantes.

Anteayer jueves 15 nos tocó presenciar una acción de desalojo de 4 viviendas frente a nuestra casa. La verdad un escenario tan desagradable como este lo habíamos visto solo en las películas de Pepe el Toro y otras dramáticas películas de los 50s. Tocó a mi puerta algun vecino a las 6:30 de la mañana solicitando apoyo de presencia ante lo que estaba pasando. Y efectivamente estaba ya montado un impresionante operativo de desalojo formado por un Actuario arropado por 4 granaderos, un grupo de unas 30 personas con apariencia de desempleados, encargados de entrar a las viviendas y de sacar todos lo bienes en el menor tiempo posible. Un desfile impresionante de gentes con toda clase de cosas en las manos: muebles, aparatos eléctricos y electrónicos, macetas, ropa amontonada, libros y cuadernos con la tarea escolar recién hecha, muñecos de peluche, cubetas, utensilios de aseo, cuadros, imágenes religiosas, (llamaba la atención un crucificado de madera botado en el pavimento como silencioso observador otro calvario, 2 siglos después del suyo). Un tipo fornido y prepotente con aspecto de capataz con una herramienta en la mano, de esas que revientan las chapas de cualquier puerta, daba las órdenes a los “cargadores” de vaciar la vivienda en su totalidad sin miramientos.

La primera vivienda desalojada fue precisamente la de mayor drama porque ahí vivía una familia de muy escasos recursos desde hace 18 años, formada por una mamá soltera, trabajadora doméstica quien sostiene a su hermana menor discapacitada y a una hija de 11 años de edad en estudios primarios todas ellas conocidas y respetadas por la comunidad.
El ambiente que privaba entre unos 100 vecinos que ya estábamos adentro de esta escenografía era lo que podía tener esta acción relampagueante de la “justicia”. Mucha confusión, impotencia, ignorancia, miedo… todos mirándose unos a otros..

Me dirigí al Actuario quien permanecía arropado por los granaderos para pedirle una identificación y la Orden de desalojo. Me dijo que quien era yo? - pues un vecino. No me quiso mostrar su identificación ni ninguno de sus dos kilos de documentos que abrazaba.
Mientra tanto, gritos, lágrimas, mas confusión.. ¿Qué hacemos? Se preguntaban unos a otros, aturdidos, confusos por el peso de lo que estaba pasando… Hablen a los medios, hablen a la Delegación.. llamen a Monitor al Sr Gutiérrez, llamen al programa de Martinez Serrano, llamen al programa de Ruiz Healy… llamen a Derechos Humanos… Otros paralizados por el miedo y la ignorancia eran mudos espectadores esperando que alguien lidereara una accin cualquiera de resistencia. Era la hora pico de la comunicación. Los conmutadores de los medios de comunicación saturados, un reportero que cubriera lo que estaba pasando? Imposible era la hora pico del tráfico.

El capataz de la herramienta rompepuertas mueve a su gente para abrir la segunda vivienda donde habitaban inquilinos que no tenían idea de donde venía el problema y empieza su cuadrilla de sacadores de bienes a vaciar esta casa. Por supuesto “ a río revuelto ganancia de saqueadores”; empiezan a quejarse los desalojados de cosas desaparecidas.
Al mismo tiempo, vecinos en sus casas se ponen a pedir apoyo a los medios y a las instancias que tienen a la mano. Otros mas alientan a los demás apoyar a no dejarse amedrentar a hacer resistencia pacífica, a reintroducir los bienes alas viviendas desalojadas. Unos quieren, otros tienen miedo de una repercusión. Empiezan a aparecer vecinos abogados: “ no , no lo hagan, puede tener repercusión penal”. “No hay nada que hacer”. Empezamos a meternos en la vivienda en señal de resistencia y de apoyo; había adultos, ancianos, mujeres, niños.. Los vaciadores reaccionan: “ órale.. necesitamos apoyo, llamen a los judiciales, estos granaderos no apoyan”

El capataz rompepuertas viola la entrada de la tercera vivienda, hasta entonces ocupada por una viuda, y ordena el desalojo el cual se hace en instantes por los expertos vaciadores.
Nos contesta una persona de Derechos Humanos y nos dice que lo único que puede hacer es recibir nuestra demanda para hacer una investigación posterior y una recomendación hacia los responsables del acto. Quien nos puede ayudar? Yo conozco una persona de El Barzón, si quieren le llamamos.

En algunas caras empieza a parecer además de la frustración y el enojo, cierta conformidad y el clásico “ni modo, que le vamos a hacer”. Algunos desmayos. Alguien empieza a traer té caliente. Los granaderos se disculpan: perdonen, pero es nuestro trabajo; obedecemos órdenes..”

El capataz “rompe puertas” ordena violar el zaguán del cuarto inmueble. Por cierto este inmueble conocido como “El Blanco”, situado en el #5 de la Calle Cerrada Tortuga, tiene un historial muy importante para la colonia y para la comunidad porque ha servido para distintos usos de beneficio social. Se ha utilizado entre otras cosas como guardería para los niños de las mujeres de escasos recursos de la colonia que trabajan y que no tienen quien le cuide a sus pequeños. Actualmente se utiliza como centro de reunion y oficina de la Caja de Ahorros de la Colonia y que beneficia a mas de 60 familias de la comunidad. Se utilizó también para dar capacitación y orientación sobre temas de interés comunitario. Se ha utilizado también también cada vez que hay un problema que afecta la colonia para hacer reuniones con los vecinos para buscar juntos soluciones.

Cuando se dirige el rompe puertas a brir el zaguan azul de “El Blanco” doña Lupe quen encabeza la caja popular se interpone entre el zaguan y los rompe puertas. Empezaron los empujones, los jaloneos, los gritos. “Este local es de la comunidad, respètenlo” Dentro de mi propia confusión no se de donde saqué fuerza y grité también lo mas fuerte que pude “Respeten al pueblo, somos sus hermanos, de nuestros impuestos salen sus salarios” Alguien accesa los documentos del actuario y observa que los m2 del terreno que pretenden desalojar no coincide con la realidad.

Se retira el contingente desalojar a deliberar y lentamente se van alejando hasta retirarse.

Eran ya las 10 AM y aparece una persona que dice ser funcionario del Depto Jurídico de la Delegación y dijo llamarse Alejandro García y ser apoderado legal de la misma. Usaba su celular con frecuencia para llamar un lugar llamado Base Plata. Sus palabras sirvieron para levantar el caído ánimo de los vecinos: “ no estoy enterado de los detalles del problema, pero les recomiendo que reingresen los bienes sacados a las viviendas para que no pierdan la posesión y mientra tanto sus abogados hacen las gestiones que tengan que hacer en los tribunales, pero no dejen vacias las casas”. Y “diciendo y haciendo” se consiguió una cortadora para quitar las cadenas puestas por el rompe puertas y nos pusimos entre todos a reingresar las cosas de las tres viviendas desalojadas.

Eran 11:30 y yo debia salir a hacia mi trabajo. Por el camino fui llamando al Lic Alejandro García al telefono que dejó. Contestaron no conocerlo. Hablaron de un Alejandro Goanzalez en otro número; su secretaria dijo que no estaba. El conmutador de la delegación Tlalpan siempre ocupado, no contestó.

Regresè a las 19:00 hrs. Encontré que las familias desalojadas decidieron sacar nuevamente por ellos mismos sus pertenencias porque alguien les aconsejó hacerlo para no enfrentar “cargos penales”.