Oaxaca vota la autonomia

El enorme abstencionismo de ayer (que habla claro del nivel de representatividad que concede el sistema electoral) es una señal clara: la clase política de todos los colores, los candidatos, todos, los partidos, todos, están reprobados. Y no hay exámen extraordinario. El PRD (porque los demás ni una palabra merecen) fracasó. Tuvo chance durante un año de actuar distinto trás el fraude del 2 de julio 2006. No lo hizo, siguió con lo mismo. El voto del terror del que habla el PRD oaxaqueño existió efectivamente. Pero no fue provocado por Ulises Ruiz, sino por la clase política en su totalidad. El terror de ser gobernados por los partidos, el terror de ser gobernados por otros fue vencido por el deseo de autogobernarse, de autodeterminarse, por la alegría de ser autónomos.
La esperanza (que se hace certeza muy a menudo ultimamente) es que ahora a este castigo, a este madrazo dado justo ahí en donde la duele a la forma partido, se transforme y traduzca en contrucción cotidiana de gobiernos autónomos, asambleas comunitaria y de barrio que permitan determinar autonomamente el futuro de las comunidades, rurales y urbanas, que ahí se reunen.
La liberación y la autonomia comenzaron. ¡El futuro está aquí y comienza ahora!
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